NUEVE
LAS
POESIAS DE ESTA VISITA SON:
EL SEMBRADOR (MARCOS RAFAEL BLANCO BELMONTE).
9.
SOY MUJER DE CAMPO Y CAMINO PARA SEMBRAR. (VLdAH y Lezama).
Un
viaje con las Palabras: Poesía, Literatura, Arte, Oficio y más.
Si alguna de mis poesías le llegara a
interesar para leerla en su grupo o para presentarla en algún otro espacio; por
favor hágalo, es un honor para mí, saber que alguien más la escucha, lee o le
gusta.
“CON PROPÓSITOS EDUCATIVOS,
SIN FINES DE LUCRO Y NOMBRANDO MIS DERECHOS DE AUTORÍA”, POR LO CUAL
AGRADEZCO SU APOYO, COMPRENSIÓN Y ÉTICA PROFESIONAL.
Para poder identificarlas de manera más
rápida estas tienen:
EL TITULO CON LETRA ROJA, MAYUSCULA Y
CENTRADO EN LA HOJA.
Bienvenid@s a esta página de expresión,
firmo como VLdAH y Lezama es decir: Mtra. Virginia Luz del Alba Hernández y
Lezama.
EL SEMBRADOR
NOVENA
PAGINA DE EXPRESION
LAS
POESIAS DE ESTA VISITA SON:
EL SEMBRADOR (MARCOS RAFAEL BLANCO BELMONTE).
9.
SOY MUJER DE CAMPO Y CAMINO PARA SEMBRAR. (VLdAH y Lezama).
Un
viaje con las Palabras: Poesía, Literatura, Arte, Oficio y más.
Si
alguna de mis poesías le llegara a interesar para leerla en su grupo o para
presentarla en algún otro espacio; por favor hágalo, es un honor para mí, saber
que alguien más la escucha, lee o le gusta.
“CON
PROPÓSITOS EDUCATIVOS, SIN FINES DE LUCRO Y NOMBRANDO MIS DERECHOS
DE AUTORÍA”, POR LO CUAL AGRADEZCO SU APOYO, COMPRENSIÓN Y
ÉTICA PROFESIONAL.
Para poder identificarlas de manera más
rápida estas tienen:
EL TITULO CON LETRA ROJA, MAYUSCULA Y
CENTRADO EN LA HOJA.
Bienvenid@s
a esta página de expresión, firmo como VLdAH y Lezama es decir: Mtra. Virginia
Luz del Alba Hernández y Lezama.
MARCOS RAFAEL BLANCO BELMONTE
Escritor
y periodista español nacido en Córdoba y fallecido a mediados de noviembre de
1936. Reconocido como uno de los mejores cuentistas españoles, fue redactor de
la Revista Meridional y redactor-jefe y director literario del diario La Unión,
dándose a conocer desde muy joven como notable poeta y alcanzando como tal
varios premios de honor y primeros premios en los Juegos Florales y certámenes
literarios celebrados en Sevilla, Cádiz, Málaga, Córdoba, Valladolid, Almería y
otras capitales. Al trasladarse a Madrid ingresó en la redacción de La
Ilustración Española y Americana. Desde 1906 dirigió La vida en el hogar, que
semanalmente publicaba El Imparcial; siendo colaborador asiduo de los
principales periódicos de España y América y redactor-corresponsal de El Tiempo
de la Habana. Es uno de los mejores cuentistas españoles, como se puede ver en
sus volúmenes en versos llenos de ternura a favor de los niños abandonados
titulados Negros y Azules, Almas de niño y De la tierra española. Sus poemas
fueron recogidos en el libro Aves sin nido, prologado por Manuel Reina. En
prosa escribió Los adelantados de Ideal, Jornadas novelescas, El capitán de las
esmeraldas y Al sembrar los trigos.
EL SEMBRADOR
MARCOS RAFAEL BLANCO
BELMONTE
ESPAÑOL
De aquel rincón bañado por los
fulgores
del sol que nuestro cielo triunfante llena;
de la florida tierra donde entre flores
se deslizó mi infancia dulce y serena;
envuelto en los recuerdos de mi pasado,
borroso cual lo lejos del horizonte,
guardo el extraño ejemplo, nunca olvidado,
del sembrador más raro que hubo en el monte.
del sol que nuestro cielo triunfante llena;
de la florida tierra donde entre flores
se deslizó mi infancia dulce y serena;
envuelto en los recuerdos de mi pasado,
borroso cual lo lejos del horizonte,
guardo el extraño ejemplo, nunca olvidado,
del sembrador más raro que hubo en el monte.
Aún no se si era sabio, loco o
prudente
aquel hombre que humilde traje vestía;
sólo sé que al mirarle toda la gente
con profundo respeto se descubría.
aquel hombre que humilde traje vestía;
sólo sé que al mirarle toda la gente
con profundo respeto se descubría.
Y es que acaso su gesto severo y noble
a todos asombraba por lo arrogante:
¡hasta los leñadores mirando al roble
sienten las majestades de lo gigante!
a todos asombraba por lo arrogante:
¡hasta los leñadores mirando al roble
sienten las majestades de lo gigante!
Una tarde de otoño subí a la
sierra
y al sembrador, sembrando, miré risueño;
¡desde que existen hombres sobre la tierra
nunca se ha trabajado con tanto empeño!
y al sembrador, sembrando, miré risueño;
¡desde que existen hombres sobre la tierra
nunca se ha trabajado con tanto empeño!
Quise saber, curioso, lo que el demente
sembraba en la montaña sola y bravía;
el infeliz oyóme benignamente
y me dijo con honda melancolía:
—Siembro robles y pinos y sicomoros;
quiero llenar de frondas esta ladera,
quiero que otros disfruten de los tesoros
que darán estas plantas cuando yo muera.
sembraba en la montaña sola y bravía;
el infeliz oyóme benignamente
y me dijo con honda melancolía:
—Siembro robles y pinos y sicomoros;
quiero llenar de frondas esta ladera,
quiero que otros disfruten de los tesoros
que darán estas plantas cuando yo muera.
—¿Por qué tantos afanes en la
jornada
sin buscar recompensa?— dije. Y el loco
murmuró, con las manos sobre la azada:
—«Acaso tú imagines que me equivoco;
acaso, por ser niño, te asombre mucho
el soberano impulso que mi alma enciende;
por los que no trabajan, trabajo y lucho;
si el mundo no lo sabe, ¡Dios me comprende!
sin buscar recompensa?— dije. Y el loco
murmuró, con las manos sobre la azada:
—«Acaso tú imagines que me equivoco;
acaso, por ser niño, te asombre mucho
el soberano impulso que mi alma enciende;
por los que no trabajan, trabajo y lucho;
si el mundo no lo sabe, ¡Dios me comprende!
»Hoy es el egoísmo torpe
maestro
a quien rendimos culto de varios modos:
si rezamos, pedimos sólo el pan nuestro,
¡Nunca al cielo pedimos pan para todos!
a quien rendimos culto de varios modos:
si rezamos, pedimos sólo el pan nuestro,
¡Nunca al cielo pedimos pan para todos!
En la propia miseria los ojos fijos,
buscamos las riquezas que nos convienen
y todo lo arrostramos por nuestros hijos,
¿Es que los demás padres hijos no tienen?...
buscamos las riquezas que nos convienen
y todo lo arrostramos por nuestros hijos,
¿Es que los demás padres hijos no tienen?...
Vivimos siendo hermanos sólo en el nombre
y, en las guerras brutales con sed de robo,
hay siempre un fratricida dentro del hombre,
y el hombre para el hombre siempre es un lobo.
y, en las guerras brutales con sed de robo,
hay siempre un fratricida dentro del hombre,
y el hombre para el hombre siempre es un lobo.
»Por eso cuando al mundo,
triste, contemplo,
yo me afano y me impongo ruda tarea
y sé que vale mucho mi pobre ejemplo
aunque pobre y humilde parezca y sea.
yo me afano y me impongo ruda tarea
y sé que vale mucho mi pobre ejemplo
aunque pobre y humilde parezca y sea.
¡Hay que luchar por todos los que no luchan!
¡Hay que pedir por todos los que no imploran!
¡Hay que hacer que nos oigan los que no escuchan!
¡Hay que llorar por todos los que no lloran!
¡Hay que pedir por todos los que no imploran!
¡Hay que hacer que nos oigan los que no escuchan!
¡Hay que llorar por todos los que no lloran!
Hay que ser cual abejas que en la colmena
fabrican para todos dulces panales.
Hay que ser como el agua que va serena
fabrican para todos dulces panales.
Hay que ser como el agua que va serena
brindando al mundo entero frescos raudales.
Hay que imitar al viento, que siembra flores
lo mismo en la montaña que en la llanura,
y hay que vivir la vida sembrando amores,
con la vista y el alma siempre en la altura».
lo mismo en la montaña que en la llanura,
y hay que vivir la vida sembrando amores,
con la vista y el alma siempre en la altura».
Dijo el loco, y con noble
melancolía
por las breñas del monte siguió trepando,
y al perderse en las sombras, aún repetía:
por las breñas del monte siguió trepando,
y al perderse en las sombras, aún repetía:
—«¡Hay que vivir sembrando! ¡Siempre sembrando.
EL AGUA QUE EMANA DEL CENOTE ES COMO SIGUE:
9
SOY MUJER DE
CAMPO Y CAMINO PARA SEMBRAR.
03/MAR/03/15/SEP/08/11/OCT/15
AUTORA:VLDAH Y
LEZAMA
Sigues el surco, bajo
los rayos del sol,
cargando a tu cría en la
espalda,
caminar que mece, entre
la milpa la niña dormida,
viento de la tarde
deslizándose…tú en un crisol.
Caricia de hojas tu
rostro recorriendo,
roces imperceptibles
apareciendo,
milpa meciéndose con en
el aire cantando.
Ayate que cansa,
mazorca que pesa,
rostro enrojecido,
cuerpo acalorado,
sudor recorriendo tus
pechos,
gotas cosquilleando tu
piel,
sonrisa dibujada en tus
labios partidos,
manos rajadas de mujer,
callos que duelen…por el ayer.
Atrás, otro muchito
jalonea tu babero,
carita llena de tierra,
mocos secos, salados,
saboreados por la punta
de su lengua,
moscas aleteando en su
rostro,
manitas apretando su
carrito viejo,
destartalado, ya sin
llantas,
regalo de su apá, aquel
que ya no verá.
De vez en vez, pregunta,
¡Má, quiero ver a mi
apá!,
silencio, tristeza que
engaña,
si mi’jito un día de
estos el vendrá.
Memo se fue… “al otro
lado”… dejó pasar el tiempo,
no cartas, no llamadas,
no supiste más de él,
alguien de su familia te
llego con la nueva, ¡el cuento!
¡Se matrimonio ya…se
hará Americano!
¡Casi un gringo!… él
ya no vendrá.
Ahora eres comidilla de
la gente,
hombres que te hablan,
cosas del amor,
que contigo quieren
estar,
creen que te pueden
conquistar,
porque te quedaste sola,
sin saber que tu
dignidad de madre
y de mujer puede más.
¡Pos si tengo mis manos,
mis pies y puedo trabajar!,
y aunque probe, soy
decente,
¡trabajo no me ha de ha
de faltar!,
respondes con orgullo,
levantando tu cabeza con dignidad,
de mí no van a hablar,
tengo dos chiquitos en ellos debo
pensar,
y si alguien a mi
corazón llega,
pido a dios que me ame a
mí y a mis hijos por igual,
que nos de confianza y
respeto, que sea un padre de verdad.
Los pensamientos oyes en
tu cabeza,
pero los piecitos
descalzos que te siguen,
se oyen más…gritando ¡Taco
Má, taco!,
¡Quiero taco de pollo, Má!.
Lágrimas aparecen en tus
ojos,
punta del rebozo que
aprietas,
las enjugas, aclaras la
voz,
sonriendo, respondes-¡si
mijito!,
deja nomas término este
surco,
y ahorita nos sentamos a
comer,
que es la hora de
merecer.
Tas llorando mamita, te
dice la vocecita,
¡No, chiquito! solo es
una basurita que a mi ojo entró,
te soplo má, te soplo,
pa que se salga,
ta güeno, sóplame pues.
Mi’jito hice unos tacos
ricos de huevo con frijoles,
agua de tamarindo y
traje platanitos dominicos,
que te gustan tanto, ¡Adelántate
mi’jito!,
baja el morralito del árbol, que en un ratito voy pa’lla.
El chiquito corre riendo, el perro atrás corriendo,
Sus piecitos volando van y tú sonriendo estas,
El sol y sus rayos acarician tu piel murmurando,
mujer de campo, la tierra cosecha te dará,
lluvia, agua entre los surcos la siembra crecerá,
y yo que te amo con calor por siempre te seré fiel,
mariposas volando a tu alrededor,
pájaros cantando entre las hojas,
chapulín por tu brazo cosquilleando.
¡Tierra!, ¡Me estás hablando!,
mis manos harán caer semillas,
tú las haces crecer, me alimentas,
en mi jacal habrá para comer.
Soy mujer de campo,
mi piel morena habla de mi raza,
mi vestido de mis costumbres
mis manos hablan de cuidarte tierra,
Por los que partieron,
Por los que están aquí,
Por los que algún día vendrán,
Mi voz habla de mis abuelos,
de lo que llevo en el alma.
Mis raíces me arraigan en lo profundo de la tierra,
el sol me abraza y yo sigo entre los surcos con mi ayate para cosechar,
el viento me besa y yo sigo entre los surcos con mi chiquihuite para sembrar,
la semilla en mis manos diminuta al suelo se aferra,
verdolagas, cebollas, jitomates, tomates, calabazas, cultivo yo,
¡Soy mujer de campo y camino para sembrar!
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